Reflexxiones Blancas

Mientras arrasaba en taquilla la última entrega de James Bond “Quanto Sol Ace”, yo escribía el siguiente artículo:

Esta jornada ha sido más rara que una sardina con hombros y es muy difícil que haya dejado contento a algún aficionado (a no ser que seas del Cadiz). El Real Madrid ganaba por la mínima al Recreativo en el Bernabéu y sin convencer. El Barca sudó tinta china para conseguir un empate ante un Getafe bien plantado. Osasuna ha abandonado el farolillo rojo para que este puesto lo ocupe el conjunto onubense. Y los argentinos han fabricado un clínex gigante con el famoso calzón de Nadal. También les cabe la opción de cedernos el slip para cuando la ensaladera nos coja polvo en las vitrinas de España… ya esta Santi tranquilo, que te me pones violento.

Como buen melómano, soy un fanático de los melones, pero mucho más de la música. Hoy en día podemos encontrar melones míticos de cantantes que aportan más bien poco a la música, pero hoy quiero hablarles de leyendas de la afinación y no de canciones del verano. En la historia de la ópera moderna debemos ponernos en pie para pronunciar el nombre de los tres tenores. Este trío musical (no, no hablo de Camela, he dicho musical) estaba formado por Pavarotti, Placido Domingo y José Carreras. El italiano nos dejó al poco tiempo de ver un concierto de Il Divo, mientras los españoles siguen aguantando el tirón aportando trabajos para los aficionados a la música. Este conjunto tenía la peculiaridad de que eran tres grandes tenores y la calidad de sus gargantas estaba fuera del alcance del resto de los mortales. Similitud comparable a la de los directivos del R. Madrid, solo que en algunos aspectos muestran pequeñas variaciones. Evidentemente los tenores del R. Madrid son: Calderón, Mijatovic y Schuster. Entre ellos forman la columna vertebral del club blanco y, al igual que los portentosos músicos, cada vez que abren la boca son noticia y suelen ir en traje de gala pero, a diferencia de los cantantes, a la mayoría de sus seguidores les gustaría que diesen menos “conciertos”.

A lo largo de la semana ha sido noticia la súper-prima que ha ofrecido el presidente Calderón a sus chicos y la cantidad de jugadores al que se le han bloqueado los músculos al imaginarse tanto dinero en su cuenta corriente. Con la enfermería blanca con una cola comparable a la que presenta el INEM estos días y con Schuster más tenso que Marco en Sorpresa-Sorpresa, aterrizaba el Recre tras perder en Camp Nou. Como ya comenté la semana pasada, los directivos del R. Madrid estaban al acecho, ya que los últimos resultados blancos no invitaban a ser optimistas. El último jugador que salió ovacionado del Bernabéu, antes del póker de Higuain, fue Del Piero. Al igual que Ronaldinho y Maradona, un delantero rival volvía a salir ovacionado del templo blanco, aunque yo de él me andaría haciendo más abdominales ya que, tras la “maldición madridista”, puede acabar como su paisano Cassano. Con estos ingredientes, comenzó el partido.

El entrenador alemán sacó jugadores sobrevivientes de una enfermería saturada y de un verano sin refuerzos, porque al final Cristiano Ronaldo no vino ¿verdad? El partido comenzó con un Recre que se impuso en los primeros compases y con un Madrid que no terminaba de creerse lo de la prima. No hace mucho tiempo en el conjunto andaluz jugaba un tal Uche y otro tal Santi Cazorla, desgraciadamente esos tiempos pasaron a mejor vida (y a mejor pagada) y los onubenses parecen haber fichado a los Salinas y Abreu del futuro. En el conjunto blanco las cosas no pintaban mucho mejor; con Drenthe, Marcelo y Torres en los laterales, el futbol por las bandas del R. Madrid era tan inexistente como las cejas de Whoopi Goldberg. Pero en el minuto 39 a los merengues se les apareció la característica que se les está escapando a lo largo de la temporada; ¿la educación de Schuster? No hombre no, la suerte. En un gol al más puro estilo “Deco”, Sneijder lanza un zapatazo con el que Beto realiza una vaselina de espaldas al primer toque nunca vista en el futbol actual. Lástima que se la hiciese a Riesgo en lugar de a Casillas, pero es que aquí por pedir…

La segunda parte fue la vigésimo quinta demostración de lo mal que ataca el Recre y lo peor que defiende el R. Madrid. Por parte de los blancos, el poder ofensivo estaba canalizado por Higuaín, aunque lamentablemente el Higuaín de hace dos años y era incapaz de marcarle un gol a un portero que se llama Riesgo. En un ataque de los onubenses llegó la jugada polémica del partido. En una jugada “tonta” dentro del área blanca, Pepe intenta despejar la pelota y, al ver que no llega con el pie, hace uso de su sentido común y despeja con la mano. Acción que nos viene a demostrar la famosa teoría de “La mano negra” del R. Madrid defendida por Mijatovic. Y aunque fue una pena que el árbitro no la viese para dar la razón al serbio, yo diría que Pepe es más bien café con leche y no negro negro. Antes de finalizar el encuentro, el argentino Higuain se doblo el tobisho y el delantero optó por salir en la camilla manual. Al finalizar el partido, el pipita dio una explicación a su reacción en el campo “Viste loco, el último que salió de la cancha en esa camisha motorizada fue Van Nistelrooy, ¿vos te pensás que sho quiero acabar como él?" Con un Madrid incapaz de convencer a su parroquia ante el último clasificado, el concierto de viento era inevitable por parte de la afición merengue. Aguanta Schuster, al menos por ahora.

En Can Barca llevan viviendo en el mundo de Yupi desde hace algún tiempo y la ausencia de Messi se antojaba como un simple lunar a la casi segura victoria culé. Tras diez minutos de partido, los allí presentes se percataron de que el Getafe había venido a llevarse los tres puntos y que el paseo habitual iba a ser un poco mas cuesta arriba. El partido fue retransmitido por la Sexta y ante el pobre espectáculo que mostraban los dos equipos y los comentarios de Jorge Valdano, me quedé profundamente dormido. Este hecho de escasa profesionalidad se produjo tras escuchar como el comentarista argentino decía “Casquero es uno de los tres mejores en cuatro de cada cinco partidos” (frase totalmente verídica) en lugar de resumir diciendo que Casquero era regular. Horas más tarde me desperté con el megáfono del follonero, me metí en Marca y vi el resultado.

Con los que no estén relacionados con el sarcasmo, evidentemente, el partido del Barca lo he visto enterito, pero actualmente la noticia está en Chamartín y no en la Masía. Ya es suficientemente reprochable que apenas le dedique unas líneas a la Copa Davis en un artículo que se etiqueta con “Deportes”, como para darle más cabida al conjunto blaugrana. Pasamos a la entrega de premios.

La papa aliñá: Armada española. Tras aguantar la campaña de los calzones de Nadal, tras aguantar como nos daban como perdedores las estadísticas y tras aguantar la falta de saber estar de la afición argentina en cada saque del torneo, el equipo español ha ejecutado su mejor revés al otro lado del Atlántico.

El babuchazo: Pepe. Tal y como anda la enfermería blanca, la actitud del luso se tilda de poco profesional. Tras pasar casi un mes sin ni siquiera entrenar en Valdebebas y jugar los noventa minutos con su selección, tuvo la suerte de no recaer y unirse a la lista de los Robben, Cannavaro, etc.… Si por jugar con su selección un amistoso se lesiona, le estoy pegando con un bollicao pasado de fecha en el tobillo durante dos horas, que eso si que es duro…