Pucherazo Al Estilo Calderon

Mientras el piloto de un avión en Nueva York se ve obligado a aterrizar en el río Hudson al perder el control del avión tras ver las fotos de Soraya enseñando muslo, yo escribía el siguiente artículo:

Aquí traigo un nuevo artículo de “El borde del área”, pero esta vez algo especial. Antes de todo, deja de buscar desesperadamente tu agenda y de intentar recordar que hiciste este fin de semana, ya que aunque estés leyendo mi artículo de deportes, no es lunes. Como todos sabréis, Ramón Calderón ha dimitido como presidente del Real Madrid y creo que eso merece un artículo especial, dado el calibre que tiene la noticia en ámbito nacional. En blogsinjefe nos importa teneros informaros de la actualidad con una sonrisa en la cara y esta situación es propicia para volvéroslo a demostrar. Hoy traigo una receta deportiva para cocinillas del mundo. En exclusiva en sinjefe, tenemos el manual utilizado por el señor Calderón para llegar donde ha llegado. Sin más dilaciones, ahí lanzo la receta más despreciable y repugnante del fútbol actual.

Primero nos preparemos el ambiente en la cocina utilizando la oposición durante unos años a los directivos blancos para que nuestros comensales conozcan nuestra cara ya que a nadie le gusta la comida de un desconocido. Con nuestra cara ya conocido, ya podremos entrar en el restaurante blanco. A nuestros clientes les prometeremos a Kaká, Robben y Cristiano Ronaldo, pero resultara imposible convencer a tanto mago del balón cuando al mirar al banquillo vean al perro de presa Capello. El míster italiano nos ganará una liga gracias a la entrega y los goles de una mantequilla holandesa, pero aunque el caldo sabe a titulo, a nuestros comensales no les termina de convencer.

Tiramos el caldo a la basura (el proyecto más corto de los presentados) y optaremos por unas salchichas Bratswurt para el segundo turno. A las salchichas le pediremos que tengan sabor a “tiki-taka” pero que su eje sean Gago y Diarra. En verano aprovecharemos y compraremos a Drenthe, una joven promesa que tiene el mismo peluquero que Davids y, a Robben, ya que el carnicero nos lo dejara en oferta porque viene con la pierna rota. Con esta compra podrás dormir tranquilo teniendo en cuenta que ya has cumplido una de tus promesas electorales y, con un poco de suerte, las cumplirás todas sobre el 2014. Parece que las cosas han salido mejor con las salchichas. A los comensales les han sabido a título de liga, el del restaurante de enfrente (tu archienemigo) te ha hecho el pasillo esta mañana, pero siguen criticando tus salsas de insípidas. A la tercera va la vencida.

Tienes que centrar todos tus esfuerzos y recursos económicos en comprar una carne portuguesa de la marca CR7, despreciando todo fichaje que te recomiende tu amigo el del bigote (el que sabrá!!). Después de intentar convencer al inglés del mercado de abastos durante todo el verano propietario del portugués y que el guiri te diga “Que te vayas a la beach”, compra cualquier holandés que tenga una novia que este buena, que con tanto tulipán no desentona. No has comprado muy bien este verano, pero asegúrate de tirar todo lo que huela a jamón, a tortilla de patata o cositas españolas que tengas en la nevera. Que no te preocupe que en su envoltorio ponga “Soldado, Negredo o Arbeloa”, ya que en la nevera tienes grandes productos exóticos como “Drenthe, Marcelo o Saviola”.

Ante tanta admiración a los productos portugueses, el brasileño que te trae los condones (o como él los llama “camisinhas”) se enfadará contigo y dejará de prestarte servicios. Las salchichas sobrantes del año pasado ya no molan tanto como antaño. Están frías y blandengas y tus comensales empiezan a protestar porque ya no tienen esa calidad. Para acallar las críticas de tu restaurante, invitas a los chavales de la guardería de enfrente a phoskitos y entran en tu local gritando que tus salchichas están de fruta madre.
Con tus comensales medios convencidos, consigues tirar las salchichas al cubo de la basura y comprar un queso manchego que estaba abandonado en el aeropuerto de Londres.

Desgraciadamente, servirás el queso a tus clientes la misma semana que el restaurante de enfrente prepara solomillo de cerdo con pan tumaca. El restaurante se te queda más vacio que la despensa de carpanta. De repente, la buena curación del queso desprende un olor que va llenando de nuevo las mesas de clientes hambrientos y, cuando parece que todo se va arreglando, irrumpen las madres de los chavalines de la guardería diciendo “Has mentido. Los parbulos violentos del otro día son nuestros hijos y a los borrachos de la barra les das whisky para que hablen bien de tu restaurante”. Con la clientela sin confianza y los infiltrados descubiertos, no te quedará otra que abandonar el local antes de que venga el de sanidad. Para darle tu toque personal deja el restaurante a un amigo que no conozca nadie y que este lo ponga en subasta en verano. Añadimos un poco de hierbabuena y… ya tenemos nuestro puchero a lo Calderón.

Como nombré anteriormente, nos importa mucho más la actualidad en la web que hacer un chiste malo de la calva de Guardiola. Lo que no he nombrado ha sido la ausencia de artículo de “El borde del área” este lunes. Como diría Pablo Motos; relájate, y ten en cuenta que este artículo tiene el tamaño aproximado a uno corriente y lo de Calderón al Marca le va a durar hasta Febrero. Personalmente, creo que ha acertado en dimitir, ya que, tras descubrirle actos pocos honrados lo más honrado que se puede hacer, valga la redundancia, es dar la cara para luego irte. Ahora en el club blanco vivirán un periodo de transición hasta verano, donde se celebraran nuevas elecciones, y el encargado de este pequeño periodo será el desconocido vicepresidente Boluda. Vamos con los premios.

La papa aliñá: Darío Silva. El ex futbolista uruguayo sufrió un accidente de tráfico hace unos años y le tuvieron que amputar una pierna. Una amputada de las grandes. Pero la lucha, entrega y sacrificio de la que hacía gala en el campo, también las demostró en el campo de la vida y volvió a jugar al futbol con un implante en un partido en su honor. Grande Darío, siempre grande.

El babuchazo: No, ¿En serio?, ¿Ni te lo imaginas? Palmadita en la espalda para el genio del año que descubra el premio de esta semana.