Algo Pasa Con La Liga

Mientras Penélope Cruz ganaba el Óscar a la mejor actriz de reparto con una película más mala que “Kazam”, yo escribía el siguiente artículo:

Hay liga. Con esas dos palabras se pueden resumir perfectamente la jornada liguera. Desde el más fanático madridista, al más optimista de los culés, estarían de acuerdo en esta afirmación. El Madrid volvió a cumplir una vez más con sus deberes: ganar y aburrir a las ovejas (y ya van diez…). El Barça por su parte sembró dudas entre su afición y nuevas esperanzas para los blancos, tras el desastre defensivo protagonizado por los catalanes en el Calderón. Realmente, no sé si hay “canguelo” como publican los “profesionales del Marca”, lo que si se es que hay liga, hay jornadas y sólo puede quedar uno… Hagan sus apuestas.

Los blancos llegaban a Barcelona con ganas de jugar tres partidos seguidos frente a los blaugranas, y así ponerse por delante en la liga y no tener que soportar esta larga espera. Pero no pudo ser. Primero porque los periodistas del Marca también tienen derecho a comer, segundo porque los chicos de Pep no estaban allí y tercero porque les tocaba frente al Espanyol. El partido comenzó flojo, aburrido y con menos ritmo que un disco de Cañita Brava. Ni siquiera el señor de la pajarita gritando “Tiki-taka” “Tom Cruise” o “Donde están las llaves” pudieron evitar que me quedase frito ante semejante espectáculo. Fue entonces cuando ocurrió la tragedia. Tranquilos que no se lesiono nadie. Estaba soñando que escribía un apasionante artículo para el New York Times, y no para la panda freaks que me leen delante de sus ordenad… bueno, que estaba soñando vamos. A esto que mi tele soltó un berrido que decía “JUGÓN!!”. Del susto me sobresalté, caí encima del mando de la tv y este cambió a la Primera. Fue entonces cuando ocurrió. En la pantalla de mi televisor apareció Alaska enfundada en un traje de cuero diciendo no se que de Melody en Eurovisión… Sin pensarlo un momento, volví a cambiar de cadena, me agarré a mi cojín en forma de Corazón con brazos y se me quitó todo el sueño que me proporcionó Raúl de centrocampista. No lo pasaba tan mal desde la última vez que vino el ligre a mi ciudad. Al descanso del partido, me tomé una valeriana y me puse un jersey de pelo, que para estos casos viene muy bien.

La segunda parte comenzó con el mismo ritmo que la primera. Fue entonces cuando Juande Ramos, cual Jesucristo Superstar, miró al banquillo y le dijo a un rubio: “Guti, levántate y marca”. Dicho y hecho. Salía Guti al campo en un partido donde el propio futbol le llamaba incesante para ser comprendido como el deporte de los dioses (Tranquilo Aristóteles!!). Falta al borde del área a favor del Madrid. Guti mira a su alrededor y ve a Pepe, a Marcelo y a Huntelaar, “la tiro yo mismo” dice Guti, “pero tío, que la última falta que tu tiraste te la paro Jaro” le respondió Raúl, “Tu hazme caso a mi” concluyó el rubio. Ejecución decente, Kameni que no puede hacer mucho y gol para los blancos. El partido se desequilibró en ese momento para los visitantes, que no hicieron sufrir mucho a los catalanes y sentenciaron rápidamente el partido. Raúl volvía a marcar para los blancos con un gol calcado al que le hizo al Betis. De ahí al final, una intentona de Tamudo, otra de Raúl y un Koala que pidió la baja por estrés.

El Barça llegaba a un partido con más presión que un dedo en el cuelo (si, ya sé que no es muy fino, pero las comparaciones se me van acabando) y necesitaba la victoria sí o sí. El Atlético de Madrid no se lo puso fácil y a los pocos minutos se adelantaba en el marcador. Maxi López chuta, Valdés rechaza con la firmeza del papel cebolla y Heitinga marca a placer. El árbitro anulo este gol por fuera de juego (que no era por un metro) y por acumulación de cantadas de Valdés (que si lo fue). Los delanteros blaugranas viendo la retaguardia que les cubrían las espaldas decidieron ponerse manos a la obra. Henry abrió la lata con un derechazo que se coló por la escuadra de Leo Franco. Más tarde Messi volvía a anotar para los visitantes con un gol al más puro estilo Romario (entiéndase: marco y desaparezco). Empezaban a escuchar los primeros murmullos del Calderón que, minutos más tarde, se convertirían en gritos al cantar el golazo de Forlán. El uruguayo lanza un potente disparo al estilo “folla seca” con el que se “copula” a Valdés y lo deja seco ante semejante golazo. Descanso, vamos a reponer fuerzas y Kun cambia al niño que se ha cagado con el susto.

La segunda parte empezó con un Barça dormido y con un Atlético enchufado. Saque de puerta de Leo Franco, Toure Yaya la peina, Márquez pulsa el triangulo y deja solo al Kun para que el argentino defina. 2-2 y a empezar de nuevo. Y como volvieron a empezar, se volvió a adelantar el Barça. Guddy solo ante al portero decide pasársela a Tití, y el francés marca a placer el tanto de la relajación. Relajación que llega hasta tal nivel, que no solo le empatarían el partido al Barça, sino que se lo remontarían y se pondría por debajo del marcador por primera vez en el encuentro. El empate a tres llegaría de penalti cometido por Henry, tras hacerle un placaje a Sinama. Forlán lanzó el penalti y… (¿Alguna vez habéis visto a Valdés parar un penalti? Pues entonces…) gol para los colchoneros. No quedaría ahí la cosa. El kun sentenciaría el partido tras una gran jugada personal, pase a Puyol, el catalán amaga como que va a cortar a la pelota y engaña a todos, se la deja al Kun y gol para los locales. 4-3 en el video marcador, final del partido y esta semana no acierto ni el pleno al quince. Vamos a por los premios:

La papa aliñá: Guti. El 14 blanco no solo abrió la lata en un partido que se le empezaba a complicar a los merengues, sino que además puso criterio en el centro del campo y lideró la victoria madridista.

El babuchazo: Víctor Valdés. El cancerbero blaugrana no atraviesa su mejor momento y es uno de los principales culpables del mal momento del equipo de Pep. Más le vale mejorar sus últimas actuaciones ya que el equipo se juega los tres títulos en apenas 15 días.