Roma Chamuscada
Escrito por: Francisco Antonio García Márquez.
La historia multitud de veces es injusta. Si abrimos alguna enciclopedia seguramente nos sorprendamos al encontrar personajes que no por sus influencias positivas, sino por su maldad, locura o traición han dejado huella en esta. Hay multitud de ejemplos a mencionar al respecto y otros tantos que a pesar de haber hecho progresar a la sociedad no son todo lo recordados que deberían. Algo parecido le pasa a mi “leyenda” de esta semana, “por matar a un gato me llaman matagatos”; y es que la primera palabra que se nos viene a la palabra cuando escuchamos el nombre de Nerón es la de “fuego”. Pirómano, loco, chantajista, usurpador e incluso matricida son demasiados adjetivos calificativos para un emperador que fue muy querido en sus primeros años. Dada la complejidad de la llegada al poder de este y como voy a centrarme principalmente en sus últimos años de mandato (quema de Roma), he decidido mencionar a penas unas pocas notas de su infancia y sus primeros años como “jefe” de imperio.
Nerón nació en diciembre del 37, hijo de Domicio Ahenobardo y Agripina, también fue hijastro del emperador Claudio, quien se casó por cuarta vez con la ya citada mujer. Tras la muerte de su padrastro Nerón consiguió heredar el mayor imperio de aquella época y además lo hizo sólo con dieciséis años. Estuvo fuertemente influenciado por su madre durante la primera etapa de su reinado, por su tutor Séneca y por Sexto Afranio Burro, Prefecto del Pretorio. Los primeros años de su reinado se conocen como ejemplo de buena administración en los que los asuntos del Imperio se trataron de manera efectiva y el Senado gozó de influencia y poder en los asuntos del Estado. Sin embargo, pronto se presentaron problemas debido a la competencia entre la influencia ejercida por su madre y la de sus asesores, Séneca y Burro. El círculo de amigos de Nerón empezó a poner al emperador en contra de su madre y le advirtieron sobre su "sospechosa conducta".
Con el tiempo, se fue volviendo progresivamente cada vez más poderoso, liberándose de sus asesores y eliminando a sus rivales al trono. En el 59 llegó al extremo de sentenciar a pena de muerte a su madre. Las tensiones entre el Senado y Nerón se iniciaron a partir del año 62. Nerón acusó de traición a Antistio, un pretor, cuando este habló mal de él en una fiesta. Posteriormente, Nerón exilió a Fabricio Veiento al calumniar al Senado en un escrito. Con el objetivo de consolidar su poder, Nerón ejecutó a una serie de sus rivales entre los años 62 y 63, incluyendo a Palas.
La consolidación de su poder incluía también usurpar progresivamente las prerrogativas del Senado. Cuando inició su reinado en 54, Nerón había prometido al Senado devolverle los poderes que ostentaba durante la época republicana. En el año 65, los senadores se quejaron de que Nerón no había cumplido su promesa, lo que motivó la Conspiración de Pisón. En el año 55, comenzó a desempeñar un papel más activo como administrador. Fue cónsul en cuatro ocasiones entre los años 55 y 60. Durante esta etapa los historiadores hablan bastante bien de su administración, en contraste con los posteriores relatos.
Durante el transcurso de su reinado, intentó a menudo complacer a las clases bajas, si bien también fue criticado por el mismo motivo, por su obsesión por ser popular. Nerón puso restricciones al importe de las fianzas y las multas y limitó los honorarios de los abogados. Hubo un debate en el Senado sobre si los antiguos dueños de los libertos tenían derecho a revocar su libertad si estos mostraban una mala conducta frente a ellos en la que Nerón apoyó a los libertos y, cuando el Senado trató de aprobar una ley referente a su libertad, Nerón la vetó.
Sus acciones estaban encaminadas a mejorar la situación económica de los pobres. Cuando estos clamaron que estaban demasiado endeudados, Nerón trató de derogar todos los impuestos indirectos. Sin embargo, el Senado lo convenció de que esta medida sería demasiado extrema y, como solución intermedia al problema, Nérón estipuló que los impuestos se redujesen del 4,5% al 2,5%. Además, los registros tributarios pasaron a ser de dominio público y, con el objetivo de reducir el costo de los alimentos, estableció que los barcos mercantes quedasen exentos de pagar impuestos. Como amante de las artes y del placer, construyó una serie de gimnasios y teatros en los que se celebraban actuaciones al estilo griego. También se celebraron muchos combates de gladiadores.
En el año 63 se presentaron las primeras crisis económicas. La guerra contra Partia y la dificultad del transporte de grano amenazaron con aumentar el precio del mismo. Para hacer frente a las dificultades económicas, Nerón hizo una donación al tesoro y destinó una parte del mismo para pagar el grano. Posteriormente decidió firmar la paz con sus enemigos partos.
En comparación con sus sucesores, Roma se mantuvo relativamente pacífica bajo el reinado de Nerón. La guerra contra Partia fue la única gran guerra acaecida durante su gobierno, y a su término se le elogió por ser una victoria tanto política como militar. Sin embargo, y al igual que muchos emperadores, Nerón tuvo que enfrentarse a una serie de rebeliones internas y luchas por el poder durante su reinado.
Durante la noche del 19 de julio del 64, estalló en Roma un incendió que devastó la ciudad. El fuego se inició en el sureste del Circo Máximo, donde se localizaban unos puestos que vendían productos inflamables. Según Tácito, el fuego se extendió rápidamente y duró cinco días. Se destruyeron por completo catorce distritos de la ciudad y otros siete quedaron muy dañados. El único historiador que vivió durante esa época y que describe el incendio es Plinio el Viejo.
No está realmente claro cuál fue la causa del incendio, si fue un accidente o fue premeditado. Suetonio y Dión Casio defienden la teoría de que fue el propio Nerón quien lo causó con el objetivo de reconstruir la ciudad a su gusto. Tácito menciona que los cristianos se declararon culpables del delito, aunque no se sabe si esta confesión fue inducida bajo tortura. A pesar de todo, los incendios accidentales fueron comunes en la Antigua Roma.
Según Suetonio y Dión Casio, mientras Roma ardía, Nerón estaba cantando el Iliupersis. Sin embargo, según Tácito, Nerón estaba en Antium durante el incendio y, al tener noticias del mismo, viajó rápidamente a Roma para encargarse del desastre, utilizando su propio tesoro para entregar ayuda material. Tras la catástrofe, abrió las puertas de su palacio a las personas que habían perdido su hogar y abrió un fondo para pagar alimentos que serían entregados entre los supervivientes. A raíz del incendio, Nerón desarrolló un nuevo plan urbanístico dentro del cual proyectó la construcción de un nuevo palacio, conocido como la Domus Aurea, en unos terrenos que el fuego había despejado. Para conseguir los fondos necesarios para la construcción del suntuoso complejo, Nerón aumentó los impuestos de las provincias imperiales.
Tácito relata que tras el incendio, la población buscó un chivo expiatorio para desatar su ira, y empezaron a circular rumores de que Nerón era el responsable. Para alejar de sí las culpas, Nerón acusó a los cristianos y ordenó que a algunos se les arrojara a los perros mientras que otros fueron quemados vivos y crucificados.
Nerón era aficionado a la conducción de carros, al arpa y a la poesía. El emperador compuso canciones que se interpretaron por todo el Imperio y el 64 empezó a cantar en público en la ciudad de Neápolis, buscando con ello aumentar su popularidad. Cantó también en el Quinquenal Neronia en el año 65. Algunos historiadores relatan que fueron el Senado, su círculo de amigos y el pueblo los que animaron a Nerón a cantar en público. Sin embargo, los historiadores antiguos critican las acciones del emperador considerándolo denigrante para alguien de su posición.
Nerón participó en los Juegos Olímpicos del año 67, a fin de mejorar las relaciones con Grecia y de mostrar el dominio romano al pueblo helénico y al orbe en general. Como competidor, Nerón condujo un carro de diez caballos y casi murió al sufrir una caída. También participó como actor y cantante y, a pesar de no ser el mejor de los participantes, ganó todas las coronas de hierba y las trajo a Roma donde las expuso en un desfile. Las victorias de Nerón se atribuyen sin duda a su condición de emperador y al soborno de los jueces.
En junio de 68, el Senado votó que Galba fuera proclamado como emperador y declaró enemigo público a Nerón, utilizando para ello a la Guardia Pretoriana, que había sido sobornada, y a su prefecto, que ambicionaba convertirse en emperador.
Según Suetonio, Nerón huyó de Roma a través de la Vía Salaria. Sin embargo, a pesar de haber huido, Nerón se preparó para suicidarse con ayuda de su secretario Epafrodito,que lo apuñaló cuando un soldado romano se aproximaba. Las últimas palabras de Nerón demostraron su amor a las artes.
¡Qué artista muere conmigo!
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1 comentarios:
"por matar a un gato me llaman matagatos"
la mas pura filosofía romana. tipico.
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